📖 Romanos 5:1 – Justificados por la fe

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

🕰️ Contexto histórico y profético
La epístola a los Romanos fue escrita por el apóstol Pablo para explicar de forma clara y sistemática el plan de salvación. En el capítulo 5, después de demostrar que todos han pecado (cap. 3) y que Abraham fue justificado por la fe (cap. 4), Pablo declara la gloriosa consecuencia de esa verdad: la paz con Dios nace cuando somos justificados por la fe. Proféticamente, este mensaje se alinea con el clamor de los tres ángeles (Apoc. 14:6-12), que llama a toda nación a recibir el evangelio eterno: la justificación como un regalo, no como una recompensa.

🎯 Introducción
Vivimos en un mundo que nos enseña que todo debe ganarse: respeto, amor, éxito… incluso la aceptación divina. Pero la Palabra de Dios dice lo contrario: la justificación es un regalo que se recibe por fe. No se trata de lo que hago, sino de en quién confío. El resultado no es culpa ni incertidumbre, sino paz.

📜 Desarrollo doctrinal

1️⃣ La justificación es un acto divino, no humano
No es algo que proviene de nuestras obras. Romanos 3:28 afirma: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” La justificación es una declaración legal de parte de Dios que dice: “Eres inocente por la sangre de Cristo.”

2️⃣ La fe es el canal, no el mérito
No somos justificados por tener “mucha fe”, sino por el objeto de esa fe: Jesús. Efesios 2:8 aclara que incluso la fe es un don. Dios no espera que merezcamos su gracia, solo que confiemos en ella.

3️⃣ La paz con Dios es la primera evidencia de la justificación
Antes, el pecado nos separaba y nos llenaba de culpa. Ahora, en Cristo, hay reconciliación. Colosenses 1:20 dice que Él hizo la paz por medio de la sangre de su cruz.

4️⃣ Jesús es el mediador absoluto de nuestra justificación
No es la iglesia, ni los méritos personales. “Por medio de nuestro Señor Jesucristo”, dice Pablo. 1 Timoteo 2:5: “Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

5️⃣ La justificación es la base para una vida de victoria y esperanza
Después de la justificación viene la santificación. Romanos 5:2 dice: “Por quien también tenemos entrada… y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” No estamos solos: el que nos justificó también nos transformará.

📘 Ilustración
Un joven fue acusado injustamente de un crimen y llevado ante el juez. Las pruebas lo exoneraron, y el juez le dijo: “Puedes irte, eres inocente.” El joven lloró no solo por la libertad, sino porque ya no cargaba con la sombra de la culpa. Así nos mira Dios cuando aceptamos a Cristo: no como culpables perdonados, sino como justos declarados.

🕊️ Cita de Elena G. de White

“Cuando el pecador ve a Cristo como el que murió por sus pecados, y acepta esa expiación, se establece una relación personal entre él y su Salvador. Entonces es justificado por la fe.”
El Camino a Cristo, p. 62

💡 Aplicación personal
Señor, a veces he intentado ganarme tu favor con buenas acciones, sintiéndome culpable cuando no alcanzo el ideal. Pero hoy comprendo que tú ya me justificaste en Cristo. No tengo que vivir para merecer tu amor, sino desde la seguridad de que ya lo tengo. Quiero abrazar esa paz y caminar confiando, no culpable.

🔥 Llamado
¿Estás luchando por ser aceptado por Dios? Hoy puedes soltar el peso. Jesús ya pagó el precio. Solo cree, acepta, confía… y experimentarás la paz que el mundo no puede dar. ¡Sé libre!

📅 Reto devocional
– Lee Romanos 3–5 durante la semana y subraya cada vez que aparezca “fe”, “justificado” o “gracia”.
– Escribe una oración agradeciendo a Dios por tu justificación.
– Comparte con alguien cercano qué significa ser justificado por fe.

Preguntas de reflexión
– ¿Estoy tratando de ganar lo que Dios ya me dio por gracia?
– ¿Tengo paz con Dios o sigo sintiéndome culpable?
– ¿Confío más en lo que hago o en lo que Cristo ya hizo?

Frase evangelística
“La fe en Jesús no solo borra tu culpa… te declara justo ante el cielo.”

🙏 Oración final
Gracias, Señor, porque me justificas sin merecerlo. Gracias por el regalo de tu paz. Ayúdame a confiar, a vivir con seguridad en tu gracia y a compartir con otros esta maravillosa verdad. En el nombre de Jesús, amén.

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