Versículo clave: «Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová, y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos» (Esdras 7:10).
Preparar el corazón para Dios es el primer paso hacia una vida verdaderamente transformada. Esdras no se limitó a conocer la ley del Señor; se consagró profundamente para estudiarla, practicarla y enseñarla. Esta preparación no fue casual, sino una elección consciente que marcó la diferencia en su vida y en su ministerio.
¿Qué significa preparar el corazón para Dios según Esdras 7:10?
El contexto de este versículo se sitúa en el regreso del pueblo judío desde el exilio en Babilonia. Esdras, descendiente de Aarón y experto en la ley mosaica, recibió una misión: guiar a su pueblo no solo en el retorno físico, sino en la restauración espiritual. Para ello, debía preparar su corazón para Dios antes de intentar enseñar o guiar a otros. Este principio continúa vigente hoy: nadie puede enseñar con poder lo que no ha vivido con verdad.
5 razones para preparar el corazón para Dios cada día
1. Preparar el corazón para Dios es una decisión diaria
No ocurre automáticamente. Esdras había decidido, con intención, que su vida giraría en torno a la voluntad divina. Cada día debemos tomar esa misma decisión.
«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida» (Proverbios 4:23).
2. Preparar el corazón para Dios implica escudriñar Su Palabra
El texto dice que Esdras se dedicó a “inquirir la ley de Jehová”. No se conformaba con oírla; la investigaba, la meditaba, la comprendía. Esto nos invita a un estudio bíblico serio y reverente.
«Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna» (Juan 5:39).
3. Preparar el corazón para Dios es vivir lo aprendido
No basta con conocer la verdad: hay que encarnarla. Esdras la cumplía antes de enseñarla. Este orden no es casual: es espiritual.
«Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores» (Santiago 1:22).
4. Preparar el corazón para Dios impacta a los demás
Cuando el corazón está alineado con Dios, la influencia se expande. Esdras reformó una nación porque primero reformó su vida.
5. Preparar el corazón para Dios fortalece el carácter cristiano
Este hábito constante moldea nuestra identidad espiritual. Así como el alfarero trabaja el barro, Dios trabaja en nosotros cuando nos rendimos cada mañana.
Cómo preparar el corazón para Dios impacta a los demás
Una vida que ha sido moldeada por Dios irradia luz, paz y sabiduría. La preparación espiritual no solo transforma el interior; también convierte al creyente en un instrumento útil para el Reino.
Citas de Elena G. de White:
“La verdadera educación no es otra cosa que la preparación del alma para que pueda servir a Dios” (La educación, p. 29).
“El poder de un ejemplo consagrado es de más valor que muchos sermones” (El ministerio de curación, p. 94).
Ilustración
Carlos era un maestro de Escuela Sabática que siempre sentía que sus lecciones eran vacías. Un día, después de una semana agotadora, se sentó a leer Esdras 7:10 y oró: “Señor, enséñame a preparar mi corazón para Ti antes de enseñar a otros”. Comenzó a dedicar 20 minutos cada mañana a la oración y al estudio profundo. Sus palabras cambiaron. Su clase creció. Pero lo más importante: su esposa, que no asistía a la iglesia, notó su transformación. A los pocos meses, ella también se bautizó. Carlos no predicó con poder humano, sino con un corazón preparado por Dios.
Aplicación personal
¿Te has preguntado si estás listo para enseñar, servir o guiar a otros? El llamado de Esdras no era solo para líderes religiosos, sino para todo creyente que desea honrar a Dios. Hoy puedes comenzar tu día con una oración: “Señor, ayúdame a preparar mi corazón para Ti”. Hazlo cada día, y notarás cómo Él transforma tus prioridades, tus emociones y tu entorno.
Llamado espiritual
El mundo necesita creyentes con el corazón preparado para Dios. No basta con apariencia externa ni con sabiduría humana. Dios busca corazones sinceros, rendidos y obedientes. ¿Estás dispuesto a ser uno de ellos?
Reto de fe para la semana
Dedica 30 minutos diarios a preparar el corazón para Dios: 10 minutos de oración, 10 de lectura bíblica y 10 de reflexión o aplicación. Escribe lo que Dios te muestra.
Frase destacada evangelística
Cuando Dios transforma tu corazón, transforma tu impacto.
Oración final
Padre celestial, te entrego mi corazón. Enséñame a buscarte cada día con sinceridad, a cumplir tu voluntad y a compartir tu verdad con otros. Que mi vida sea un reflejo de tu Palabra. Amén.
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